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7 conductas que RETRASAN el desarrollo de los hijos

Normalmente los padres intentan ayudar a sus hijos en todo lo que pueden, pero muchas veces tampoco saben cómo ayudarlos sin traspasar los límites de la independencia y autonomía, cayendo casi siempre en la sobreprotección y en algunos casos en la anulación del hijo como individuo, siendo esto perjudicial para ellos ya que no los dejan potenciar su propio desarrollo desde pequeños.
Es debido a esta problemática que en la investigación realizada por el Dr. Tim Elmore y publicada en la revista Forbes de EEUU, se hace un recopilatorio de 7 conductas que los padres realizan y deben evitar y/o moderar para de esta manera evitar retrasar el desarrollo integral de sus hijos.

1. NO DEJAR QUE LOS NIÑOS EXPERIMENTEN EL RIESGO. El exceso de seguridad y sobreprotección por parte de los padres, hacen que el niño no arriesgue porque teme a que se pueda equivocar. Vivimos en un mundo moderno lleno de peligros a cada paso. La consigna, “La seguridad sobre todo”, fortalece nuestro miedo a perder a los niños, por lo que les rodeamos con nuestra preocupación total. Si los niños no juegan en la calle, si nunca han tenido que caerse y rasparse la rodilla, en la edad adulta a menudo sufren de fobias. El niño debe caer algunas veces para darse cuenta que esto es normal. Los adolescentes deben enemistarse y sobrevivir la amargura del primer amor, para adquirir la madurez emocional, que sin la cual serán imposibles las relaciones a largo plazo. Al descartar el riesgo de las vidas de los niños, los adultos generan en ellos la prepotencia, la arrogancia y la baja autoestima en el futuro.

2. RESCATAR DEMASIADO RÁPIDO. Cuando demasiado pronto se acude en ayuda y se le rodea excesivamente de “preocupaciones” al niño, le privamos la necesidad de buscar por si mismo la salida de las situaciones difíciles. Tarde o temprano, los niños se acostumbran a que alguien siempre les salvará: “Si cometo un error o no llego a la meta, los adultos corregirán y solucionarán las consecuencias”. Aunque, en realidad, el mundo de las relaciones adultas es de una manera completamente diferente. Sus hijos arriesgan en quedarse inhabilitados para la vida adulta.

3. MOSTRAR ENTUSIASMO CON FACILIDAD. Al final, si tu hijo siempre ve que para ti es el ganador, ocurra lo que ocurra, no dejando que enfrenten el fracaso o aprendan de los errores cometidos. Después de un tiempo, el niño se da cuenta que las únicas personas, que le consideran admirable, son su mamá y su papá, y el resto no. Y entonces el niño comienza a dudar de la objetividad de los padres. A él le es agradable recibir elogios, pero comprende que esto no se vincula de ningún modo con la realidad. Con el tiempo, el niño aprende a engañar, exagerar y mentir para evitar realidades difíciles, porque él sencillamente no está preparado para enfrentarse a las dificultades.

4. RECOMPENSAR CADA LOGRO INNECESARIAMENTE. Un error muy común es recompensar por todas las cosas que hacen los hijos incluso por acciones repetitivas y rutinarias. Está bien reconocer que tu hijo hizo algo bueno, pero premiarlo tantas veces solo hace que se vuelva materialista y exigente (no hago nada si no me das algo a cambio). No le des regalos materiales ya que no podrán experimentar la motivación intrínseca ni el amor incondicional.

5. NO COMPARTIR LOS ERRORES DEL PASADO. Es positivo contarle a tu hijo sobre algún problema en el pasado cuando tenías su edad y como afrontaste el problema (sin caer en extremos moralistas e historias exageradas). Los niños deben estar preparados para hacer frente a las adversidades y saber responder a las consecuencias de sus decisiones. Contarles lo que sintieron cuando se enfrentaron con circunstancias similares, con qué se guiaron en sus acciones y las lecciones que aprendieron.

6. CONFUNDIR INTELIGENCIA, TALENTO O INFLUENCIA CON MADUREZ. La inteligencia se utiliza a menudo como una medida de la madurez del niño, y como resultado, los padres suponen que el niño inteligente está preparado para el mundo real y esto no siempre es así. La persona madura tiene una identidad desarrollada, sabe quién es y trata de ser fiel a sí misma y sus valores y vivir y comportarse de acuerdo con ello y no según las modas o lo que dicte el grupo al que pertenece.

7. NO PRACTICAR LO QUE PREDICAS. Los padres tienen la responsabilidad de modelar la vida que deseamos para nuestros hijos. Son los padres los líderes de la familia, por eso deben de seguir la honestidad en las relaciones con los demás. Controlando sus acciones, incluso pequeñas, porque sus hijos los observan. Si no se burlan de las reglas, los niños sabrán que esto es inaceptable también para ellos. Mostrarles a los niños, lo que significa ayudar, con gusto y satisfacción, a otros. Hagan a las personas y lugares mejores, de lo que eran antes de ustedes, que sus hijos harán lo mismo.